Con motivo de la VIII. edición de los Premios Novia Salcedo, entrevistamos al presidente del jurado Antonio Garrigues.
Los Premios NoviaSalcedo tienen una importante trayectoria en su impulso a la empleabilidad. ¿Cree que la Fundación hace una labor adecuada en este sentido?
Hace una buena labor y sobre todo una labor seria y bien pensada. El problema es un problema inmenso y hay que abordarlo con rigor. Esos son los ejemplos que se buscan.
Formar e integrar a jóvenes es uno de los requisitos que se valoran para que una empresa sea merecedora de nuestros Premios. ¿Piensa que la obtención del premio ayudará en el futuro a quién lo reciba?
Sin duda que sí. Ayudará a quien reciba el premio y servirá de referencia y ejemplo para jóvenes y también para empresas.
Este año hemos añadido una categoría que premia a las Administraciones públicas. ¿Está de acuerdo en que la colaboración público-privada favorece las políticas de empleo e inserción de los jóvenes?
La sinergia entre lo público y lo privado, en esta materia del empleo y también en otras , más que una opción es una obligación y por lo tanto la nueva categoría es indispensable. Habrá que valorar con especial sensibilidad aquellas instituciones públicas que más busquen esta colaboración.
La mujer, la economía verde, la conciliación… son áreas que valoramos mucho en el tratamiento que hacen de ellas las Pymes. ¿Opina que son referencias imprescindibles en el buen desarrollo de una pequeña empresa?
Las tres áreas lo son y habrá que añadir la adaptación a los cambios tecnológicos y en concreto al mundo digital.
Por último, ¿cuál es la razón que le llevó a aceptar ser miembro del Jurado de los Premios NoviaSalcedo?
Es un premio bien preparado y bien organizado y eso es lo que genera un ambiente propicio para ayudar como jurado. Y además se aprenden muchas y buenas cosas y se pasa bien.